
Niño Jesus de Huarcoy
El Niño Jesus de Huarcoy, se encuentra en la comunidad campesina de Huarcoy ubicado en el distrito de Cotabambas, pronvica de Cotabambas del Depatamento de Apurimac. La comunidad de Huarcoy fue reconocida por la R.D. 188-86-DR-XIX-A Fecha res. de reconocimiento 17/10/1986. Cuenta con una extensiónn de 4225 hectrarias.
Resumen sobre la población con lengua materna indígena:
El 94.62% de la población mayor de 3 años en la comunidad reporta que su lengua materna es una lengua indígena. La distribución etaria es la siguiente:
- 0 a 4 años: 14 personas (14%)
- 5 a 14 años: 26 personas (26%)
- 15 a 29 años: 20 personas (20%)
- 30 a 64 años: 31 personas (31%)
- Más de 65 años: 9 personas (9%)
En términos de género, el 53% corresponde a población masculina (53 personas) y el 47% a población femenina (47 personas). La población total es de 100 habitantes.

La comunidad de Huarcoy, aloja al Niño Jesus de Huarcoy tal como se muestra en esta imagen, la primera capilla pequeña de diseño modesto, tipica de las zonas alto andinas del Peru. La Torre campanario, incluye una pequeña torre con una campana, que podría estar destinada a convocar a la comunidad para actividades religiosas y de reuniones covocadas por la comunidad. Cuentac con un estilo rústico, la estructura tiene un acabado simple, sin ornamentos elaborados, de adobe y paja, con tejas andinas.
Historia del Niño Jesus de Huarcoy
El niño Jesus de Huarcoy se cuenta con 3 historias.
PRIMERA:
Se cuenta que en la comunidad de Huarcoy, en la zona de mama Rumi, pututuni, rayansiqui y machusanka paso un huayco, debido a las constantes lluvias ocacinadas en esa epoca, donde se vino abajo gran parte de la comunidad, arrazando zonas de cultivo y mencionan que entre los escombros del huayco sale un niño que estaba parada sobre una piedra plana, dentro de los escombros en la zona de mama rumi, de aproxisamadamente 8 años de edad vestido de ropa humilde y ojota rasgos de un niño pobre. Los comuneros al obsevar al niño salir del medio del huayco, acuiedon a el y el niño, ya que el pedia auxilio auxlio, el pueblo alborotado se aproximaron a acudir al niño, luego de asegurar la integridad del niño este fue llevado a una choza cerca al paraje de Pukara, ensima de Portalkaka, en el misterio terreno llamado Niñoq Tiyanan. Posteriormente la poblacion de Huarcoy, acordaron llevar al niño a la capitalla donde actulamente se encuentra, conservarnado la imagen que actualmente se encuentra.
SEGUNDA:
Seguna la investigación de trabajo monografico realizada por la Prof. Maritza Cornejo Flores, donde describe que la imagen del Niño Jesus de Huarcoy.
Trabajo monográfico “Mi Tierra Cotabambas”
Insertamos, textualmente: lo siguiente: “Hace más de un siglo y medio, cuando la Comunidad Campesina de Warqoy era considerada una hacienda en la población cotabambina; Hubo una gran comunidad de magnos hombres que venían buscando su prosperidad. Por entonces, esta estancia estaba habitada por las únicas familias villanas, como: Goicochea (Huaycochea), Vergara, Arizpe, Silva, estirpes que ya hacían florecer la actividad agropecuaria con la cría de ganado y los trabajos agrícolas. Pero la guerra, y de esa manera lograr su independencia. También un joven digno, valiente, humilde de la comunidad, miembro de la familia Goicochea fue llevado a la ciudad capital del Perú, para servir a la patria como soldado. Goicochea integrante del noble y valeroso ejército que luchó en las Pampas de Quinua (Ayacucho), por la liberación total y noble de la nación (9 de diciembre de 1824).
Así, ese significativo día en el que, de mil favores el Divino Hacedor complacía a la tierra Inkaica. Después vencida la batalla, y en esa situación los realistas huyeron espantados, lamentando su cruel fracaso. Al medio de la planicie, rodeado de algunos pacientes, dentro de charcos de sangre, como restos de la tragedia, contemplaba un pequeño bulto brillante. ¿Será una riqueza?, un preparativo maligno, ¿qué será?, se preguntaban los soldados.
El invencible ejército, hallábase en un extremo de la pampa, algunos celebrando la victoria y otros apenados por la desaparición de sus compañeros. De repente, alguien divisó el bulto que brillaba, como apagando los ojos y atraído por esa novedad dijo a los demás compañeros: —¡ven aquello que brilla? —tengamos cuidado —pueda que sea una trampa. Quedaron sorprendidos al contemplar lo referido.
“… y entre ellos se encomendaban para ir hacia el bulto y constatar ¿qué era?, ninguno se atrevía, todos creían que era una trampa tendida. Al final, en medio de la indecisión surgió el animoso soldado Goicochea, quien con esa valentía que le caracterizaba, como un buen serrano dijo:
‘Para vida o muerte probaré mi suerte, soy valiente serrano y miedo no tengo. Voy en este momento, trotando y galante, si trampa es, ¡nunca más volveré! ¡Chau amigos!’
Observado por los demás, Goicochea se acercó cuidadosa y pausadamente al ignorado y raro objeto. Dando rodeos paulatinos logró tocarlo y luego quedó admirado y emocionado, lo que una simple vista parecía temible, era una hermosa imagen del Niño Jesús, que yacía con su dulce mirada. ¿Por qué los realistas llevaron a la guerra? Era protector de ellos, acaso con la milagrosa intervención del Niño deseaban triunfar y ser dueños eternos de la explotación de esta tierra pródiga y bendecida. Pero el defensor de la justicia y la igualdad, amante de la paz y de los pobres, que derramaron lágrimas en la sombra de la ambición, no quiso que se cumpliese el anhelo de los tiranos, por eso fueron esparcidos como plumas al viento y espinos. que maldicen en el zarzal, pagando su condena.
Contento y maravillado con el acontecimiento, el soldado Goicochea que portó en los hombros a la sagrada imagen regresó ante sus amigos. Al apreciar el bellísimo rostro del Niño Jesús los soldados cayeron de rodillas y por un largo tiempo quedaron en silencio, elevando al todopoderoso sus oraciones y peticiones, Goicochea que aparte de su valentía, habilidad e inquietud, tenía también palabras de matiz poético y acalorado por La emoción empezó a verter versos, para recordar.
Ya salvo de todo y con el logro de la paz, alegre el licenciado Goicochea emprendió el retorno a su tierra natal, pueblito donde había visto la luz, por vez primera. Cuidadosamente acolchonado trajo al niño hasta la ciudad Imperial y dejando a unos familiares se encaminó a esta comunidad. No pude traerlo consigo, puesto que el viaje era por herradura y duraba varios días, quizás al traerla podría causar algo trágico en el trayecto. Al arribo, junto a sus amigos, vecinos y sus padres celebran una pequeña fiesta contándoles en medio de esa alegría la bella noticia; quienes idearon elegir patrón de sus penas y alegrías, de sus dichos y desdichas.”
“El Niño de la batalla de Ayacucho, vendría a ser patrón de la comunidad de Warqoy. Transcurrida una semana después de la llegada del joven, una humilde mujer warqoyina iba a Cotabambas (Distrito), y en el lugar denominado Minas-pata, aproximadamente a 1.5 km de la población cotabambina, se encontró con una sorpresa, en el camino un hermoso. Niño ricamente vestido estaba jugando a bolitas, espantada la campesina no halló qué hacer y no entendía el misterio de la visión, con la sandalia en el pie izquierdo y temblorosa interrogó en su idioma vernácula:
— ¿Maymanta kanki ñiñucha, imata ruwanki kaypi?
Con voz penetrante y dulce el Niño respondió:
— ‘Limamanta puririumi, chayraqmi kaypi kashani’.
Sonrio y desaparecio. La mujer inclinó la cabeza, sintió un sacudón en todo su cuerpo, su corazón latía con rapidez, pero, no comprendía si era realidad o espejismo lo que acababa de ver y oír, no se detuvo más y continuó su camino. De vuelta a su casa contó lo ocurrido a los comuneros, quienes tampoco entendían esa aparición misteriosa.
Huarcoy, cada primer día de enero, es visitado por un sin número de personas, devotos del Niño, quienes llegan felices, ataviados de una serie de obsequios, esencialmente con productos agrícolas, juegutes, ropas de niños, titulos de proiedades, titulos de estudios para su bendición. La comunidad en celebración del Niño Jesús es muy concurrida, su plaza se llena de niños, niñas, jóvenes, adultos. En los años sesenta y setenta eran más singulares, se producía la visita de Huamanguinos con sus danzas costumbristas de tijeras o HUaylia, ellos ofrecían números acrobáticos, habilidades de dominio físico, haciendo sonar sus tijeras, para el aprecio de toda persona que gusta de esta danza de enorme habilidad, acrobacia, dominio hábil de las tijeras.
Para recibir la bendición del Niño, se realizan misas de salud, la muchedumbre con velas en las manos realiza imprecaciones, pedidos de sanación, reflexiones. Una vez terminada la plegaria litúrgica, empieza el jolgorio, la fiesta del año nuevo en inmensa alegría, al son de la música, bandas, cuetes, por su puesto la gente comienza a libar licores de distintos sabores, no hace falta, la sabrosa chicha amarilla.
